28 dic 2011

Capítulo 1

Esa noche, la luz de la Luna se reflejaba sobre el agua del río, acompañada de los aullidos de los lobos que salían a cazar. En la orilla, entre las sombras; se podían distinguir dos pequeñas luces rojas. Entre los árboles, una chica vestida con una túnica negra caminaba por el bosque mirando al suelo. Las dos pequeñas luces salieron al encuentro de la chica. Era un lobo negro de gran tamaño, era extraño ver a un lobo cerca de ese río. El lobo miro fijamente a la chica, ambos caminaron hacia las opuestas orillas del río, el lobo gruñó:
- ¿No te han avisado de que es peligroso pasear por aquí a estas horas?
La chica lo miró y se quitó la túnica que cubría su rostro, el viento movía su cabello plateado, que brillaba bajo la luz de la Luna. Tenía los ojos rojos, algo demasiado extraño en un humano. El lobo la miró extrañado y retrocedió unos pasos, tras unos segundos de silencio, logró decir, casi en un susurro inaudible:
-No eres una humana… ¿Qué eres? ¿Qué haces aquí?
Ella le miró, respondiendo con una voz tranquila y siniestra:
-Mi nombre es Sensey Tatsuyu… Pocos llegaron a conocerme, soy un demonio, hace unos años que escapé del inframundo.
El lobo, al oír su nombre la miró sorprendido:
-Tatsuyu… ¡Tú! ¡Eres una diosa! ¡Ese apellido desciende de Yuu…! -Antes de terminar la  frase, Sensey apareció delante de él y le cerró el hocico diciendo:
-¡Shh!… No grites…  No quiero que se enteren de que soy de esa familia… -Sensey miró a todos lados por si le habían oído.
El lobo seguía mirándola, sorprendido. Al fin logró hablar:
-Pero… ¿Qué haces aquí? Se supone que deberías estar en el Olimpo… -Sensey miró al agua del río.
-O en el infierno… Aún no he recuperado todos mis poderes desde que me ‘‘mataron’’ –suspiró. El lobo la miró, su mirada reflejaba respeto, tristeza,  y miedo, pero había algo que le hacía confiar en ella… Sensey lo miró, volvía a sonreír a pesar de lo que le dolía recordar su pasado.- ¿Y tú? ¿Cómo te llamas? No me has contado nada de ti… -sonrió. El lobo seguía mirándola fijamente. Al fin, contestó:
-Eso no importa… Solo quiero saber por qué estás aquí… -El lobo seguía algo sorprendido, por lo que decidió no hablar demasiado. Sensey miró al lobo.
-Estoy aquí porque pensé que no me perseguirían... Es un sitio sagrado, y ellos no saben que soy una... Diosa...  -susurró.- Por lo que no pensarán en buscarme aquí...  –Suspiró y  caminó hacia la orilla del río, el lobo la siguió y se quedó mirando su reflejo. Sensey sumergió la mano en el agua del río, pronunció una frase en un idioma extraño, y el agua empezó a teñirse de rojo, convirtiéndose en sangre. El lobo retrocedió unos pasos y gruñó enseñando los colmillos. Sensey miró de reojo al lobo y susurró:
-No pasa nada, solo es sangre, la necesito para comer…- El lobo gruñó:
-Eres… Un… ¡Vampiro! ¡Un chupasangre! –Sensey lo ignoró y se sumergió en la sangre, sus colmillos crecieron. El lobo retrocedió aún más, pero tropezó con un palo y cayó al suelo, ella lo miró, sus ojos brillaban con el reflejo de la Luna.

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